Como despertarnos y descubrir por la ventana un día perfecto de primavera. Como empezar el día corriendo por el campo, y darnos luego una buena ducha antes de comenzar la jornada. Como trotar detrás de una vieja amiga. O admirar cada recodo del camino, cubierto de una alfombra de flores.
Quizás si tuviéramos que pagar mucho dinero para poder disfrutar esos momentos los apreciaríamos más. A veces sólo damos valor a las cosas cuando son escasas y poseerlas marca la diferencia. A veces somos así de idiotas.
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