Después de tres meses con los cielos limpios y los oídos acostumbrados a los trinos de los pájaros, hace un par de días volvimos a ver pasar un avión por encima de nuestras cabezas. No ha habido más detrás, o al menos no los hemos visto, pero este intervalo de paz aerea parece que ha terminado.
Nos pilla el cambio con otro que está trasformando nuestros campos. Donde hasta hace un par de semanas se extendían alfombras floridas, ahora ya reinan las "pajitas". Tan sólo alegran la vista unas pocas plantas que abren sus flores de forma tardía. gordolobos, santolinas y siemprevivas.
Y no es que el campo se haya agostado por el calor sofocante que hemos padecido otros años por estas fechas. Es simplemente el reloj natural de unas plantas que se van dando la vez en su ciclo de crecimiento, floración y muerte. Porque esta vez nos ha tocado un junio relativamente fresco y nublado. Tan sólo falta un poco de lluvia para prolongar de verdad la primavera.
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