Esta semana me ha tocado tomarme la vida con tranquilidad. A veces, hay cosas que nos sacan de nuestras rutinas diarias. Lo que está bien, aunque nos deje en dique seco temporal y tengamos que dejar de trotar algunas mañanas. En el fondo, a nuestro cuerpo le vienen bien estos días morosos para recuperar fuerzas.
Además, así podemos disfrutar todavía más cuando tenemos un rato y podemos escaparnos a correr. De hecho, al ver la alegría de mi compañera canina cuando sabe que vamos a poder salir a trotar me hace pensar que deberíamos aprender de ellos y vivir realmente el momento. Llueva, truene o con un sol resplandeciente.
El resto del tiempo, trataré de hacer alguna de esas tablas que siempre recomiendan para mejorar la forma. Algo que nunca me tomo en serio porque no corro para entrenarme, ni para hacer ejercicio. Y así me va.
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