Poco puedo decir de estos días en los que he estado corriendo de noche y con niebla. Que a veces cuesta salir de casa, pero que siempre me alegro de haberlo hecho. Que con este manto constante de nubes casi no hace frío. Que con la niebla apenas se ve con la luz del frontal (igual que con las del coche).
Que con las lluvias de las últimas semanas el campo se está esponjando. Que ya hay charcos en los caminos y los senderos se convierten en pequeños arroyos. Que casi todos los árboles ya han perdido las hojas, aunque todavía quedan arbustos empezando a vestirse de amarillo.
Que, a pesar de que no sufrimos todavía los rigores del invierno, apenas hay animales en el campo a esas horas. Que ya no me encuentro con sapos corredores por los caminos. Que corriendo de noche casi no puedo hacer fotos. Sólo son cosas sin importancia, pero ocupan mi cabeza cuando salgo a correr estos días.
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