Hay una escena que aparece en muchas películas americanas: un mirador de noche en lo alto de una colina, desde el que se ven las luces de una ciudad a los pies; y normalmente los protagonistas suelen llegar en un coche descapotable. Desde Hoyo, al estar en lo alto de la falla de Torrelodones, se puede ver también como Castilla se extiende allá abajo. Y de noche, las luces de Madrid a veces me recuerdan a esas películas clásicas de Hollywood.
De hecho, el mirador desde el que está hecha esta foto se encuentra al final de donde estaban los decorados en los que se rodaron varias películas del Oeste. La más famosa de todas fue Por un puñado de dólares.
Ahora ya sólo quedan los fantasmas de aquellas películas en Hoyo. Pero cuando paso trotando por lo que era la calle principal, en la que se rodaron numerosos duelos entre pistoleros siempre me acuerdo del forastero sin nombre tapado con su poncho. Aquella película se considera como la madre del Spaguetti Western; lanzó a la fama a Sergio Leone y a Clint Eastwood; la música la compuso Ennio Morricone: y, sobre todo, la historia estaba copiada de la grandísima Yojimbo, de Kurosawa. Un pedazo de la historia del cine para recordar durante mis recorridos.
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