Todos los corredores de montaña usan esta técnica. Y realmente se nota
una gran diferencia entre subir corriendo (o fingiendo que corremos) las
cuestas brutales, o subirlas andando.
Cuando no son tan brutales, a veces puede merecer la pena ir corriendo para
mantener el ritmo. Pero sólo para eso. Porque en el fondo vamos más lentos y
nos cansamos más.
Podría explicar cómo se debe andar exactamente, pero creo que si el propio Kilian lo explica, lo mejor es escuchar sus palabras.
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