Cada año empieza siempre dos veces, como mínimo. La primera vez la
dicta el calendario, y es el inicio más forzado. El frío de enero no provoca un
entusiasmo feroz por el nacimiento de una nueva época de nuestras vidas.
Hay quién se rige más por el sol y las estaciones, y piensa, como
muchas culturas antes han pensado, que el año realmente empieza en primavera. Y
puede que sea así. Pero como marzo y abril son meses traicioneros, en los que
lo mismo nieva que te torras, yo no los he considerado nunca principio de nada.
La segunda ocasión más aceptada es también un tanto artificial, pero yo
la siento mucho más cercana. Son esos días en los que, acabadas las vacaciones,
se piensa en la vuelta a la vida normal. El nuevo curso. La rentrée. Recuerdos
de cuadernos nuevos y estuches llenos de lápices a estrenar.
Y todo este rollo porque mis recorridos de los dos principios de año
han sido iguales. Una vuelta cortita a Las Colinas. La primera fue de noche,
con frío y con frontal. Esta segunda ha sido al atardecer, con una temperatura
perfecta y pudiendo disfrutar del primer recorrido corto en mucho tiempo.
En resumen:
- Poca fauna: un conejo, un rabilargo y un pajarillo que se ha escurrido entre unas matas tan rápido que no lo he podido identificar.
- El verano seco ha pasado factura y dejado el campo amarillo y lacio. Tan sólo quedan las flores de algunos cardillos para alegrar la vista. Habrá que esperar a que lleguen las lluvias para que también reviva el campo.
11,39 (7,08 millas)
231 m
1h 5 min (10,52 Km/h)
leo tu blog con frecuencia, me imagino si serás mayor, joven, mujer u hombre, sólo leo tus frases llenas de vida y con ellas puedo imaginarme lo que ven tus ojos, lo que sienten tus sentidos, es como si estuviese ahí... felicidades, sigue escribiendo, sigue transmitiendo
ResponderEliminarMuchas gracias por tus ánimos. Si te gusta el campo o te gusta correr, supongo que compartimos muchas experiencias. Y a veces las revivimos cuando las leemos en los textos de otros.
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