Ha llegado esa época del año en la que salimos a correr con sol y nos caen un par de tormentas durante el recorrido. Pequeñas duchas, como dirían los ingleses, con las que disfrutamos mientras trotamos. Porque refrescan el ambiente, vienen bien al campo y dan al paisaje un poco de dramatismo controlado.
Y los animales también parecen alegrarse con estas cortas sesiones de lluvia. Sobre todo los pájaros, que aprovechan el momento para coger carrerilla y redoblar sus cantos en cuanto termina el aguacero.
Además, entre el buen tiempo general y las lluvias ocasionales no es extraño que las plantas estén como locas. La parte baja de Torrelodones, en la zona del Gasco, parece un invernadero lleno de flores. Hasta las aulagas parecen ya densos ramos amarillos.
Por eso mecer la pena mojarse un poco y disfrutar de un espectáculo tan maravilloso como el que nos ofrece el campo estos días. Porque como nos descuidemos para cuando queramos verlo habrá llegado el calor, el polvo y la sequía.
No hay comentarios :
Publicar un comentario