Ha vuelto el calor. Y para celebrarlo, en vez de correr al amanecer, con la fresca, no se me ha ocurrido nada mejor que salir a mediodía. Es lo que tiene ser un apasionado del deporte. O un Idiota.
El caso es que he empezado bien, con las piernas fuertes y cogiendo el ritmo rápidamente. Por eso me he decidido a subir hasta lo alto de la sierra de Hoyo. Que la tenía muy abandonada últimamente.
El problema es que cuando ya quedaba poco para el final, la gasolina se me ha acabado de golpe. Así que he pasado a modo automático, y con un trotecillo cochinero he terminado la subida. Tras disfrutar un momento de las vistas, he comenzado el camino de vuelta a casa.
Entre que llevaba la mente puesta en el baño final con el que me iba a refrescar, y que el recorrido de vuelta es todo cuesta abajo, la cosa se ha hecho más soportable de lo que me esperaba. No hay nada como tener algo bueno esperando al final cuando un recorrido sencillo se convierte en una pequeña tortura.
1h 47 min
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