Después de años corriendo por caminos, senderos, pistas, trochas y campo a través, todavía sigo descubriendo rincones de Hoyo de Manzanares que no conocía la trote. La última vez ha sido un pequeño desvío por el que he pasado cientos de veces.
Siempre pensaba que no llevaría a ninguna parte. O, mejor dicho, que llevaba directo hasta las Colinas. Pero el otro día comprobé en una foto aérea que, antes de llegar a las casas, un sendero serpenteaba hasta volver al camino inicial.
Un pequeño recorrido que tenía ganas de ver con mis ojos. Y que me ha descubierto un rincón medio escondido, a orillas de un pequeño arroyo. Con un sendero casi oculto entre las flores. Un ejemplo más de lo bueno que es salir a la aventura y romper de vez en cuando con la rutina que se pega a la suela de nuestras zapatillas.
1h 40 min
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