Hay corredores de asfalto que no quieren trotar por el campo por los cambios bruscos de inclinación en los recorridos. Otros por la dificultad de mantener la velocidad por caminos llenos de piedras y agujeros. Y algunos porque no les gusta tener que enfrentarse a subidas o bajadas empinadas.
Sin embargo, todas esas razones que algunos se ponen para evitar los senderos silvestres son las que los hacen realmente interesantes. Y no sólo desde un punto de vista físico, sabiendo que todos nuestros músculos y tendones se desarrollan mejor cuando tienen que realizar trabajos variados.
Lo más interesante está en esa misma variación, pero para nuestras cabezas. Recorridos en los que los cambios que se van produciendo, tanto a nuestro alrededor como debajo de nuestros pies, nos obligan a estar atentos todo el rato para no perdernos nada. Aunque sea para tropezar a cada paso. Benditas sean esas subidas y bajadas.
1h 19 min
No hay comentarios :
Publicar un comentario