Vuelta al canto del Pico

Últimamente estoy optando por recorridos poco espectaculares, por aquello de volver a pasar por los senderos de antaño. Me puede más comprobar cómo han ido cambiando las cosas, aunque sea en sitios que no despierten la admiración ni de propios ni de extraños.

Canto del Pico

Desde que llegó el coronavirus no he vuelto a correr por Torrelodones, ni me había acercado hasta ahora al canto del Pico. Un lugar para disfrutar de las vistas y asomarse al borde la de falla que rompe la plana madrileña.

Vuelta al canto del Pico

Hay corredores de asfalto que no quieren trotar por el campo por los cambios bruscos de inclinación en los recorridos. Otros por la dificultad de mantener la velocidad por caminos llenos de piedras y agujeros. Y algunos porque no les gusta tener que enfrentarse a subidas o bajadas empinadas.

Vuelta al canto del Pico

Cuando corro, lo normal es que tenga el tiempo contado. Así que, cuando salgo, siempre sé lo que voy a tardar en volver. Sigo midiendo la duración de mis recorridos de forma habitual. No para saber si corro más o menos rápido, sino para no llegar tarde.

Canto del Pico y arroyo de Trofa

Aprovechando un entrenamiento de mi hijo, me he dado una vuelta más larga de lo que suelo hacer últimamente cuando corro por Torrelodones. Dando la vuelta al canto del Pico y bajando por el arroyo de Trofa. Con un día perfecto para correr a media mañana.

Canto del Pico

Un salida vespertina y con calor. dos condiciones que me suelen dejar renqueante y sin aliento. Así que, como decían los de Siniestro Total, me lo he tomado ante todo con mucha calma. Lo que me ha venido bien para disfrutar del paisaje. Porque al ritmo que iba, hasta hubiera podido hacer dibujos al carboncillo en vez de fotos.

Canto del Pico y las Colinas

Un recorrido normal y corriente se puede convertir en toda una aventura si lo hacemos en las condiciones adecuadas. Por ejemplo, de noche. O en medio de una ventisca soplando del norte y dejando el paisaje cubierto de nieve. O con lluvias torrenciales, de esas que transforman los caminos en arroyos.

Canto del Pico

Hace tanto tiempo que no corría de noche que ya casi no me acordaba de cómo se trota a la luz del frontal. Y puede que mi memoria me falle, pero el foco me ha parecido realmente tenue. Un resplandor tacaño que no me aislaba precisamente del campo oscuro a mi alrededor. Será cosa de volver a acostumbrarme.

Canto del Pico y peña de la Berzosa

Normalmente dejo pasar bastante tiempo antes de correr por el mismo camino. Pero como he estado unos días corriendo flojo y cansado, y esta vez me encontraba un poco mejor, he decidido repetir recorrido para comparar sensaciones.

Canto del Pico y peña de la Berzosa

Nueva salida con la sensación de estar derrengado desde el primer paso. La malo de correr así es que no se disfruta demasiado del campo. Lo bueno es que probablemente correré mejor la próxima vez que salga. Por aquello de una de cal y otra de area.

Torrelodones y Hoyo

Una de las opciones que tengo para correr por Torrelodones cuando espero a que salgan los chicos del cole (o de alguno de sus entrenamientos de baloncesto) es venir a casa rodeando el canto del Pico. Y luego volver a bajar. No es un recorrido difícil ni demasiado original, pero al menos sirve para variar un poco el panorama.

Vuelta al canto del Pico

Primera salida nocturna de verdad por el campo, ya que la semana pasada la tuve que reconvertir en salida callejera por falta de pilas. Y la noche estaba perfecta para empezar la temporada: cielo despejado, Luna creciente brillando en el cielo (todavía un poco tímida) y buena temperatura para correr en camiseta.

Vuelta al canto del Pico

Creía que ya no me quedaban recorridos nuevos que hacer sin alejarme mucho de casa. Pero con los senderos que descubrí la semana pasada cerca del canto del Pico he podido unir dos zonas que siempre había hecho antes por separado. Así que ahora cuento con cinco opciones para eso de correr al final del día después dle trabajo.

Arroyo de Peregrinos y Torrelodones

Fin de semana de fiestas y excesos. Así que después de disfrutar de una comilona marroquí el domingo, quizás no fue lo mejor echarme al monte a correr. pero lo cierto es que me apetecía aprovechar esa tarde de cielo nublado y menos calor del habitual.

De Torrelones a las Cascadas

Entre unas cosas y otras, he ido reduciendo las salidas semanales tanto que ya sólo me quedan los fines de semana para correr un poco. Y como el sábado tuvimos dos partidos de baloncesto, me reservé el domingo para aprovechar el buen tiempo.

Vuelta al Canto del Pico

Habían anunciado un día perfecto para correr, y así ha sido. Con fresquito para la época y con un cielo que se iba llenando de nubes según avanzaban las horas (al final ha terminado lloviendo por la tarde).