Los ritmos del trabajo me han permitido hace poco esperar a que saliera el sol antes de ponerme a correr. Así que he aprovechado para hacer una salida un poco más larga, acercándome hasta el Canto del Pico para dar un vuelta por allí.
Una zona en la que estuve muchos años trotando casi a diario, pero que llevaba tiempo sin ver. Y lo cierto es que me he encontrado con pocos cambios: los mismos senderos poco transitados y la misma soledad y decadencia que transmite la casona medio derruida sobre el pico.
Pero me ha gustado poder volver a trotar al sol de nuevo entre semana. Sigo pensando que no hay nada mejor para empezar el día que correr un poco. Sobre todo si luego vamos a estar sentados durante más horas de las que deberíamos.
1h 38 min
No hay comentarios :
Publicar un comentario