sábado, 16 de mayo de 2020

Cogiendo ritmo

Hace ya mucho tiempo que descarté el llegar a ser rápido corriendo. Desde que era adolescente, mi forma física se inclinaba más por el fondo que por la potencia. Por eso, después de tres meses sin poder trotar, mi objetivo es el de volver a coger un poco de ritmo.

Me basta con el suficiente para disfrutar durante un par de horas del campo. Subiendo a un monte para admirar las vistas, o perdiéndome entre jaras por senderillos estrechos. Saliendo antes de que amanezca, o a última hora del día, para aprovechar esta primavera perfecta que nos ha tocado en suerte.

Y parece que, poco a poco, las piernas vuelven a sostenerme. He llegado a ese punto en el que alterno días en los que puedo correr sin oír todo el rato mis resoplidos, sintiéndome hasta ligero, con otros en los que me muevo arrastrando los pies. Aunque en los momentos malos también agradezco el poder disfrutar del campo. Es lo que suele pasar cuando te quitan algo, que aprendes a darle todavía más valor cuando lo recuperas.






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