He aprovechado esta primavera para aprender a reconocer alguna planta nuevas. Gracias a la gran cantidad de flores que disfrutamos estos días he descubierto los misterios del jacinto leonado, una de las plantas más discretas del campo por el color de sus flores. Pero a pesar de que el marrón no es muy vistoso, lo cierto es que son pequeñas joyas.
Otra igualmente discreta es el sesamoide menor, un pequeño plumero de tallitos con minúsculas flores blancas que también es fácil que pase desapercibida entre la maleza
Algunas son más vistosas, como los gallos, las collejas coloradas o la hierba de la araña, aunque he pasado durante años a su lado y no me había fijado en ellas hasta estos días. Quizás porque nunca había corrido tan despacio. Y es que lo bueno que tiene el ser tan lento es que puedes ver cómo crecen las plantas en vivo y en directo.
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