Para recuperar un poco de fondo, he hecho una salida algo más larga de lo habitual entre semana. Trotando despacito y aprovechando para seguir un recorrido que tenía medio olvidado.
Porque el caso es que ahora o salgo a correr una hora al día, o trato de hacer vueltas más largas los fines de semana. Y darle la vuelta al pueblo se queda en esa tierra de nadie por la que ya no transito.
Lo bueno ha sido que el calor se ha aplacado un poco y se podía trotar disfrutando del fresquito mañanero. Pero sobre todo lo que más he agradecido ha sido el cambio de escenario. Porque al gato lo mata la curiosidad, pero a mi lo que me puede es la rutina.
1h 48 min
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