miércoles, 13 de octubre de 2021

La caída


No hace mucho mencioné que a mi vieja compañera de correrías se le notaban ya los años. Desde entonces hemos seguido saliendo a correr, y el fresquete de esta últimas semanas nos ha venido muy bien a los dos para recuperarnos un poco de los achaques de la edad.

Ella sigue ganándome de largo tanto en velocidad como en distancia, teniendo en cuenta que entre las idas y venidas mientras explora olores maravillosos termina haciendo el doble de recorrido que yo.

Pero hoy le ha pasado algo que la ha hecho más humana a mis ojos. Mientras subía por una trocha, con la luz del frontal iluminando el senderillo, he escuchado justo detrás un ruido raro. Al volverme a mirar la he visto patas arriba, después de haberse caído en plan torpe como podría haberlo hecho yo.

Ya antes la había visto tropezar muy a menudo, lo que es normal teniendo en cuenta que va como loca. Pero esta ha sido la primera vez que un mal paso ha terminado con sus huesos en el suelo. Sorprendida del revolcón se ha levantado rápidamente, con ese gesto vergonzoso que hemos puesto todos alguna vez en plan "no me ha pasado nada". Tu quoque, amica.








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