Es la primera vez que veo los árboles en flor por esta zona en la primera semana de febrero. Ya no merece tanto la pena hablar de cambio climático como empezar a buscar directamente nombre para las nuevas estaciones. Por ejemplo: otoño suave, ola de fresquito, preprimavera, primavera, verano, horno e infierno.
Parece una tontería, pero va en la línea por ejemplo de los carteles que avisan del riesgo de incendio en Australia: bajo-moderado, alto, muy alto, severo, extremo y catastrófico. Así que ya no sé si es mejor tomárnoslo a broma o deprimirnos del todo. Porque lo de mejorar las cosas para reducir algo el calentamiento global no parece que vaya muy en serio.
Photo: Brendon Thorne |
Al principio el aviso de los científicos era sobre el mundo que le íbamos a dejar a nuestros nietos. Luego aparecieron los hijos en la frase. Ahora estamos ya evaluando lo que nos van a costar las sequias, incendios, huracanes e inundaciones este mismo año. Ya estamos en el futuro.
En España, por ejemplo, este año parece que lo peor va a ser la sequia, lo que podría agravar el riesgo de incendio. Otros sitios seguro que lo llevarán peor. Sólo hace falta recordar las inundaciones del año pasado en Europa, huracanes en norteamérica, ciclones en Asia y las olas de calor en Canada (49,6 ºC en Canada!!).
Uno de los postulados de la teoría de la evolución es que las especies que mejor se adaptan a los cambios en su medio son las que más extienden su área de distribución y tienen más recursos para sobrevivir. Parece que nos va a tocar experimentar en primera persona si de verdad sabremos adaptarnos a lo que nos llega.
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