Poco a poco voy recuperándome lo suficiente como para correr ya durante una o dos horas sin demasiados problemas. Muy lentamente, tanto en la recuperación como en el ritmo que llevo corriendo, y todavía con mucho cansancio. Puede que sean todavía secuelas del covid. O de la edad.
El caso es que estoy volviendo a disfrutar tranquilamente por las mañanas, ya truene o salga el sol. Alternando la camiseta corta con la de manga larga según vea cómo está el cielo.
Observando cómo las plantas van creciendo y abriendo sus flores casi de hora en hora. Los ritmos de la naturaleza son como una carrera por el monte, la velocidad va cambiando según la estación. Y en primavera lo hace tan rápido que como te quedes un día en casa durmiendo, te lo pierdes.
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