Con el campo lleno de flores, lo más normal sería esperar que el aire nos trajera miles de aroma. Pero no. De hecho, muchas plantas mediterráneas tienen mucho más olor en sus hojas y tallos que en sus flores. Pero hay algunas que basan su poder de atracción en la fragancia, como la arenaria roja.
Una de las plantas más discretas que existe, con flores de diminuto tamaño, pero que desprenden un olor a miel inconfundible. Bien es verdad que compensa su minúsculo porte creciendo a veces en masa en sitios despreciados por la mayor parte de las plantas: bordes de caminos o zonas abiertas y resecas.
Por otra parte, sus flores, aunque minúsculas, son verdaderas joyas vegetales, con cinco pétalos de color entre rosa y morado, y otros tantos estambres que parecen estandartes amarillos. Mucha belleza en una de las plantas más humildes y pisoteadas de nuestros campos.
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