Marzo y abril han invertido los papeles que les otorga la tradición, lloviendo primero y aventando el campo después. Pero parece que el mes de mayo va a ser un verdadero espectáculo.
Cada planta, cada árbol y cada brizna de hierba lucen un tono diferente de verde. Las flores que llevan todo el invierno asomando por aquí y por allá, se han puesto de acuerdo y están inundando las praderas de color: blanco de las jaras, gamones y margaritas, amarillo de linarias y dientes de león, violeta de las viboreras, morado del cantueso, azul eléctrico de las centaureas, rosa de los senecios, rojo de las amapolas...
No hay un espectáculo en el mundo que se pueda comparar al campo en estos momentos, cuando la primavera se remanga con ganas de demostrar de lo que es capaz. Es hora de adorar a todas las diosas de la primavera, desde Ishtar hasta Freya, Perséfone, Inanna, Flora, la virgen María, Isis, Hanako o Lilith.
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