Como el viernes no había cole, aproveché para hacer una salida
vespertina. Y como tampoco podía irme por los cerros de Úbeda, me limité a
hacer este recorrido. Un viejo conocido al que tan sólo le añadí la novedad de
hacerlo en un sentido diferente al habitual.
Con la tarde tan buena que hacía me crucé con varias perdices. Y un
buitre leonado tratando de pillar una térmica en condiciones para remontar el
vuelo. Por lo demás, desde el punto de vista de la fauna, lo cierto es que
estos meses son los peores para ver bichos (o flores).
Las últimas carreras las estoy haciendo sin demasiados problemas. No es
que vaya volando precisamente, pero por lo menos tampoco sufro o me arrastro en
las cuestas (que por aquí abundan más que los llanos).
El caso es que tengo ganas de irme un día a la sierra para hacer un
recorrido más largo. Por La Najarra, Fuenfría, Gudillos o el Eresma. Pero habrá
que esperar a que la nieve no esté demasiado baja. Y a que los planetas de la
logística familiar se alineen.
13,63 Km (8,47 millas)
326 m
1h 23 min (9,85 Km/h)
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