Primera salida al alba que hago desde hace meses. Ya casi estaba
pensando en cambiarle en nombre al blog, porque ahora casi siempre corro de noche.
Pero de vez en cuando sigue mereciendo la pena levantarse con las primeras
luces del día.
Para celebrarlo he seguido un recorrido que, a pesar de ser un viejo
conocido, lo he visto con nuevos ojos al hacerlo por primera vez en sentido
contrario. Y sorprende lo que cambian las cosas vistas desde el otro lado:
rocas, árboles, montañas y vistas panorámicas. Todo parece nuevo.
Lo que seguía sin cambiar era el estado de los caminos y del sendero,
totalmente encharcados por las últimas lluvias. Aunque por lo menos he
conseguido no mojarme demasiado los pies. Cuando voy a estar sólo una hora
corriendo no me importa demasiado chapotear alegremente. Pero si voy para más
tiempo, lo cierto es que resulta un tanto incómodo.
Con toda el agua que ha caído, y con la nieve que se acumuló la semana
pasada durante un par de días en lo alto, las cascadas estaban como no las
había visto nunca. El rugido se oía desde lejos, y de cerca hasta acojonaba un
poco.
En total ha sido un recorrido mediano. Aunque ahora ya casi no hago
nada más largo. Lo bueno es que he podido aguantar bien las dos horas y media
sin beber ni comer. Es lo que tiene el frío de invierno, que permite ir ligero
de equipaje.
24,35 Km (15,13 millas)
451 m
2h 37 min (9,31 Km/h)
No hay comentarios :
Publicar un comentario