Llevaban todo el domingo avisando de que el lunes llegaría la nieve. Y
en cuanto se hizo de noche, el termómetro bajó hasta los dos grados bajo cero,
aunque sin viento. Así que era un buen momento para probar la máscara de
neopreno que me compré en Navidad.
En diciembre, cuando le contaba a un colega que había tenido que dejar
de correr de noche por el frío que se mete en los pulmones, me recomendó usar
una máscara de las que usan los esquiadores o los motoristas. Se la pedí a los Reyes, pero el caso es que
todavía no la había usado.
El resultado ha sido bastante bueno. Al tener la parte de la boca cubierta de
neopreno te permite respirar sin problemas. Y el aire se calienta antes de que
entre en el cuerpo, por lo que no terminas con los pulmones escarchados.
Así que entre la máscara, los guantes, el gorro y las mallas, pude
correr calentito y sin complicaciones. La que iba un poco más floja era Senda,
que fue pegada a mi todo el rato, sin separarse para olisquear por en medio del
monte como suele hacer otras veces. Y es que todos tenemos a veces un mal día.
10,90 Km (6,77 millas)
265 m
1h 08 min (9,61 Km/h)
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