Una hora por calles y paseos marítimos. Poco más podía hacer en una
zona complicada para correr libre como el viento. Y el caso es que esta parte
de la costa debería ser un paraíso si te gusta patear por el monte, porque aquí
las montañas terminan a pico en el mar. Pero lo difícil es orientarte si no
conoces bien los caminos. O dispones de horas por delante para perderte y
buscar atajos alternativos.
Pregunté incluso en Turismo por senderos marcados que pudieran ayudarme
a organizar mis salidas. Pero me explicaron que, entre que casi todo el campo
es privado y que en los caminos públicos quitan las señales para evitar
problemas, lo tenía complicado.
Así que acabé siguiendo la playa, rodeando familias enteras por el
paseo marítimo de Almuñecar. Creo que ha sido la primera vez en mi vida que he
pisado tanto cemento. Aunque lo poco que me salí del recorrido previsto casi me
hizo ver el asfalto con buenos ojos.
El caso es que viendo la foto aérea pensaba seguir un sendero entre la
playa del Muerto y Marina del Este. Pero llegado al final de la playa, tan sólo
encontré unas señales que me llevaron a una escalera infinita y vertical.
Quinientos escalones más tarde llegaba a la antigua carretera de la costa con
las piernas temblando.
Menos mal que a partir de ahí tan sólo me quedaba rodar cuesta abajo
hasta la Herradura. Y al final me esperaba un baño en el mar que me supo a
gloria. Es lo bueno que tiene la costa. Que los peores recorridos pueden tener
su final feliz.
11,15 km (6,93 millas)
154 m
1h 05 min (10,29 Km/h)
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