A pesar de estar corriendo desde hace años entre Torrelodones y Hoyo de Manzanares, nunca había hecho un recorrido que uniera en la misma vuelta los dos pueblos. Así que, aunque he pasado ya muchas veces por esos caminos y senderos, por lo menos esta vez tenían un punto de novedad.
La subida la hice por la vía más directa, aprovechando que todavía quedaba algo de luz. Es una trocha empinada y llena de pedruscos, difícil de recorrer a oscuras. Pero merece la pena porque nos alejamos mucho de las zonas habitadas.
Después de la subida, ya sólo quedaba seguir por senderos más fáciles hasta Hoyo. Y volver. Aunque por otra zona. Como iba corriendo contra el reloj, por eso de no dejar a mi hijo tirado a la salida del entrenamiento, decidí bajar a Torrelodones por el camino tradicional que une los dos pueblos.
Lo malo es que pasa a veces muy cerca de la carretera (e incluso la cruza en un par de ocasiones). Lo bueno es que se puede ir más rápido, que es lo que yo buscaba. Además, al final, podía aprovechar la pista de atletismo en la que se ha convertido la avenida de la Dehesa en los últimos tiempos (por eso de que siempre hay gente corriendo) para acelerar y ganar unos minutillos. Y llegue justito.
13,52 km (8,40 millas)
364 m
1h 22 min (89 Km/h)
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