Con este tiempo, cada día que pasa sin salir a trotar por el monte es un día perdido. Ahora estamos en ese momento fugaz y perfecto de la primavera. Con un sol templado, los arroyos cantarines, los animales enloquecidos y el campo reventando de flores.
Así que he aprovechado un ratillo y me he puesto a correr por la zona del Pendolero a mediodía. Sorteando charcos para no mojarme y vadeando de mala manera el arroyo de Trofa. Un recorrido que tiene más subidas y bajadas de lo habitual, si cabe.
Por el camino he visto una hembra de jabalí con un rayón de pocas semanas, un águila que tenía toda la pinta de ser una culebrera (aunque sin prismáticos, no podría jurarlo) miles de abejas, mariposas y todo tipo de bichos zumbando, libando y dedicándose a sus tareas. Con esa prisa que parecen tener siempre todos los animales en estos primeros meses de buen tiempo.
1h 53 min
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