Ayer volví a correr al alba. Llevaba mucho sin tiempo sin hacerle el honor al nombre del blog, y lo cierto es que lo había echado de menos. Y no es que haya sido por falta de oportunidades. Pero cuando tenemos todo el día libre, a veces se nos pegan las sábanas.
Lo bueno de correr antes de que salga el sol es que, por un lado comienzas la jornada con las pilas cargadas. Y por otra parte, es como si el día tuviera más horas.
El recorrido que elegí era uno de los clásicos para subir cuestas sin pasarse. Las que llevan hasta el mirador que hay por encima de las cascadas son suaves y con zonas más llanitas entre medias. Perfectas para disfrutar de las vistas sin dejarnos el alma ni bajar demasiado el ritmo.
En la bajada por el valle del Peregrinos, aproveché para echarle un vistazo a las obras del Canal. Han hecho una poda masiva y han abierto una nueva pista paralela al recorrido de las tuberías que están instalando. Y se han cargado uno de los senderillos que cruzaban la zona. Una pena, aunque en cuanto se marchen las máquinas seguro que el campo se recuperará pronto.
2h 07 min
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