viernes, 3 de marzo de 2017

La primavera

Los sapos llevan ya un par de semanas cantando a coro por la noche. Los frutales han explotado en mil flores. Los narcisos asoman sus cabezas amarillas entre la hierba. Y hoy al amanecer he oído el primer autillo de la temporada. Ya ha llegado la primavera.

Con un tiempo típico de la estación: sol, nubes, fresquillo matinal, calor a mediodía, alguna niebla a primera hora del día... Tan sólo ha faltado el viento y la lluvia. Que ya llegarán.

Por lo demás. Con el campo empezando a desperezarse, los recorridos de esta semana los he preferido hacer por los senderos más montaraces. Evitando las pistas y caminos abiertos. Porque me apetece disfrutar de uno de los sentidos que más ligado está a esta época del año: el olfato.

Mientras corro por el monte me gusta sentir el olor de la madera húmeda, de la hierba nueva, de las flores, del musgo de los arroyos, del barro oscuro y pegajoso, de las jaras...

Recorridos por los que he pasado mil veces, pero que en primavera se transforman de hora en hora. Por el juego de la luz sobre las hojas nuevas, las plantas que crecen enloquecidas, los cambios caprichosos del tiempo. Y los miles de aromas nuevos. Por eso es mi estación favorita para correr.




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