Le damos un valor positivo al sufrimiento que creo que no debería tener. Puede que sea por la herencia que el cristianismo ha dejado en nuestra sociedad, pero la filosofía del No Pain, No Gain lo impregna todo. Incluido, por supuesto, esto del correr.
Hace mucho que ya cayó aquel mito de la letra con sangre entra. Es más, se demostró que el aprendizaje era mucho más rápido y efectivo cuanto más disfrutáramos del estudio. Quizás por eso dicen que la mejor manera de aprender un idioma es tener una pareja extranjera.
Pero cuando entras en el mundillo del deporte a la carrera lo primero que descubres es que tienes que ser un poco masoquista. Los métodos de entrenamiento para correr siempre incluyen sesiones de tortura: tablas, progresiones, series... Flagélate y sufre, porque sólo los que se sacrifican alcanzarán la gloria!
El otro día escuchaba a un deportista veterano explicar cómo se puede estar nadando durante horas en el Atlántico (hablaba de la Batalla de Rande). Según él, poder terminar la prueba valía el sufrimiento diario de entrenar durante meses o años.
Y en mi opinión debería ser al contrario. Sólo disfrutar cada día de algo que nos gusta podría justificar el sufrimiento de un día para terminar una prueba.
Puede que esté equivocado. Desde luego, no he sido ni seré nunca un campeón. No he ganado carreras, ni he batido récords. Pero sigo disfrutando como un niño cada vez que salgo a correr. Y cuando empiezo a sufrir, reduzco el ritmo.
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