miércoles, 19 de diciembre de 2012

Libro: Life on the Run: Coast to Coast (Matt Beardshall)


Aunque este fue su primer libro, yo lo leí después de Run Like Hell. Y se nota que para todo hay que entrenar. En este caso, Matt Beardshall nos cuenta su primera aventura en compañía de un grupo de amigos, con los que decide cruzar Inglaterra de costa a costa en un viaje de 290 kilómetros durante siete días.

Un libro en el que es fácil reconocerse, ya que no habla de atletas de élite ni de superhombres. Habla de lo que cualquiera de nosotros podría hacer. Habla de lo que a muchos de nosotros nos gustaría hacer.


Argumento
Matt Beardshall y su grupo de amigos se embarcan en un viaje de siete días en el que cruzarán la pérfida Albión de un mar al otro, a pie y en bici. Una larga carrera en la que sufrirán los rigores del verano inglés (por llamarle de alguna forma). Y en la que las lesiones les dejarán cojeando.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Cascadas y cuartel


Hay veces que sales ya cansado de casa. Carreras en las que las piernas pesan y tardas en encontrar un ritmo cómodo. Hoy ha sido una de esas ocasiones.

He corrido de noche la primera hora. Sin frío y con un paso lento. A la luz del frontal, los enebros resplandecían en la oscuridad. Deben tener algo en las hojas que, cuando están mojadas, les hace que reflejen la luz. Con ese efecto parecían los típicos árboles de Navidad con efecto nevada del todo a cien.

Hasta la subida larga de las Cascadas (la del arroyo Peregrinos) no he encontrado un ritmo regular. Normalmente tardo una media hora en acompasar la respiración con el movimiento. Hoy me ha llevado una hora larga.

Cuando ha empezado a haber luz suficiente, he parado para hacer unas fotos. El resultado es lamentable. Con poca luz, que es la más bonita, salen borrosas (necesitaría un trípode). Y cuando el sol ya ha salido, se desvanece bastante la magia.

En la parte alta del recorrido, la vista era preciosa, con las montañas iluminadas sobre el fondo de los valles ocultos por la niebla. Un amanecer magnífico (aunque luego el día se ha terminado nublado del todo).

No he comido nada por el camino porque me he metido un desayuno de campeón antes de salir (aunque llevaba una barrita). Tampoco he bebido demasiado. Con esta temperatura no se pierde mucho líquido, por lo que se puede correr más tiempo con menos agua.

Al final, con las piernas cansadas pero sin dolores ni tendones cantarines, he terminado con mucho más tiempo que en mis mejores días. La sensación del viernes pasado, de que estaba recuperando ya la forma, se ha debido quedar en casa durmiendo calentita.

En resumen:
  • Cansancio y forma lamentable en un recorrido que ni es demasiado largo ni muy técnico.
  • Creo que mi mejor temperatura para correr está entre 10 y 15 grados. Aunque hoy con cinco y sin viento no se estaba mal.
  • Sigo disfrutando del placer de mis dedos tostándose dentro los guantes.

20,45 Km (12,71 millas)
431 m
2h 18 min (8,89 Km/h)

viernes, 14 de diciembre de 2012

Dehesa de Navalvillar


Niebla, llovizna, fresquito y viento del noreste. Aunque parezca mentira, otro gran día para hacer afición. Entre pasar el rato dentro de casa, calentito y leyendo un libro, o disfrutar del campo en compañía de las vacas, a veces elijo las vacas. Yo soy así.

Los prados estaban resplandecientes. Con la hierba nueva que ha nacido este otoño de un verde recién pintado. Sólo lloviznaba a ratos, y el vientecillo no era ni muy fuerte ni fastidiaba demasiado, al dar casi siempre de lado.

Además de las vacas, tan sólo he visto un par de milanos reales disfrutando en el aire y un conejillo que ha logrado escapar por ahora de las escopetas (¡mucha suerte hermano!). Parece que el mundo animal también ha preferido quedarse hoy en casa leyendo.

Me voy sintiendo mejor de forma. Pero lo malo es que sigo notando que el tendón existe. Y aunque ni duele, ni molesta, cuando notamos que algo existe, malo. Últimamente he estado leyendo en varios sitios lo importante que es reducir la zancada para evitar lesiones. Hace años ya hice un cambio radical en mi forma de correr, y realmente se acabaron la mayor parte de los problemas que había ido teniendo en el pasado.

Hoy le he dado una pequeña vuelta de tuerca a la técnica Chiquitística y parece que funciona. Normalmente mi zancada ya es corta. Pero parece que mi ritmo de paso sigue siendo demasiado bajo (según lo que he leído). Así que, en cuanto he notado que el tendón decía hola, he subido el ritmo un poco y he acortada la zancada otro poco. Ha funcionado.

Si no hay problemas, el domingo probaré a correr durante un par de horas. Y al alba. A ver si hago amigos.

En resumen:
  • Fundamental los guantes (y las mallas largas) cuando hace frío.
  • Seguiré con el pasito corto. Aunque si lo recorto todavía más, voy a terminar yendo para atrás (a pesar de lo que pensaba Zenón).

14,44 Km (8,97 millas)
312 m
1h 33 min (9,31 Km/h)

Onwards


James Jarvis es un ilustrador y diseñador londinense apasionado por correr. En 2009, un amigo que trabajaba para Nike le ofreció la posibilidad de llevar a cabo una idea que llevaba un tiempo rondándole la cabeza: un video que reflejara de forma muy sencilla su “obsession with running”.

El resultado fue un trabajo inspirado en sus propias experiencias (una de sus rutas favoritas por los brezales de Northumberland, el ataque de un cuervo en Singapur…). Y también, en sus propias palabras, en “the transcendent, almost psychedelic experience of the simple act of running”.

Un video que en el que muchos nos vemos reflejados.


miércoles, 12 de diciembre de 2012

Puente de la Marmota


A pesar de que todavía tengo que ir con cuidado, hoy me he arriesgado con una de las rutas más bonitas y exigentes de Colmenar. Ha merecido la pena. No por la parte física, que sigue siendo un desastre (por lo menos puedo engañarme a mí mismo con eso de que voy con cuidado por la pierna).

Lo realmente glorioso han sido el día y, sobre todo, el panorama. Un sol tímido de invierno, con poco frio y sin viento. Y las gargantas del Manzanares todavía con el verde del otoño.

Los pájaros estaban como locos por aprovechar el tiempo antes de que llegue de verdad la nieve y el hielo. Durante todo el camino he estado viendo zorzales poniéndose gochos con las bayas de los enebros (que también han estado comiendo los zorros, a juzgar por los recuerdos que decoraban el sendero).

Como los arroyos bajaban con bastante agua (y no me apetecía hacer todo el camino con los pies encharcados) he cruzado el sifón del Canal por los tubos. Luego he podido ver cómo ha quedado el puente de la Marmota. Este verano lo han limpiado con la ayuda de los helicópteros de la base del cerro de San Pedro, pero todavía no había pasado por allí. Han quitado toda la arena del puente y ahora se ven hasta los desaguaderos.

Y he terminado despacito para no forzar la pierna (ja, ja). Lo cierto es que estoy haciendo una media de unos seis minutos a la hora por debajo de lo que solía hacer (que no era un sprint precisamente). ¿La lesión? ¿el parón? ¿la edad? O puede que los kilos, porque últimamente me he dejado tentar por los donuts fondant. Y a pares.

En resumen:
  • Un día de los que hacen afición. Y aprovechando el campo antes de que llegue lo más duro del invierno.
  • Tengo que ponerme los guantes en cuanto hace un poco de fresquete (soy un flojo, lo sé).
  • Lo bueno de ir despacio es que se ven más cosas por el camino. En serio. El próximo día voy a ver si me acuerdo de llevar la cámara de fotos. Total, ya que no voy a batir ningún record por lo menos puedo aprovechar para sacar estampitas.

13,50 Km (8,39 millas)
365 m
1h 41 min (8,02 Km/h)

La medida de las cosas


Tiempo y espacio. El tiempo no me interesa demasiado. No llevo nunca reloj, no me obsesionan los parciales, y ni siquiera sé medir mi esfuerzo en minutos por kilómetro. En mi cabeza sólo hay sitio para horas y minutos totales (los segundos no me los planteo). Y eso porque al menos me sirven para planificar las salidas.

Pero el espacio es mi verdadera pasión. Desde pequeño me han fascinado los mapas. Cuando viajo por carretera suelo perder el tiempo pensado a dónde llevarán los caminos y senderos que se pierden en la lejanía. Y si coincidís conmigo en un avión, yo soy el que está todo el rato pegado a la ventanilla, volando por encima del mejor mapa que existe.

El caso es que esa temprana pasión me ha servido para descubrir muchos recorridos por los que trotar en libertad por en medio del campo. Algo que parece sencillo, pero que no lo es tanto. En las zonas que conocemos como la palma de la mano no hay problema. Sólo se trata de ir por los sitios trillados de nuestra memoria y disfrutar relajados.

Lo malo es cuando queremos correr por territorios desconocidos. Y cuando se corren 30 o 40 kilómetros, se llega más tarde o más temprano a lo desconocido. Es entonces cuando hay que tirar de mapas, fotos aéreas, blogs de internet o webs de recorridos:

El básico. Es rápido y cubre todo el mundo.

Sigpac (Ministerio Agricultura y Medio Ambiente)
General para toda España. El mapa y la foto aérea se pueden ver a la vez gracias al degradado de mapas.

El mejor para la comunidad de Madrid. Se puede elegir entre mapa o fotos aéreas de varios años (la de más resolución fue la del 2008).

Lo mejor es la herramienta en 3D. Sólo para la comunidad de Madrid.

Sirve a veces para ver si los caminos que aparecen en los mapas o fotos aéreas son públicos o privados.

Este es el que uso para medir los recorridos (en millas o kilómetros). Es gratuito (aunque hay que registrarse) y se pueden guardar los mapas, editarlos, copiarlos, compartirlos…

Igual que el anterior, pero en peor.

Para descubrir rutas nuevas buscando por palabra o moviéndose con el mapa. Hay muchísimos recorridos de gente que los ha descargado con sus GPS.

Otro buscador de recorridos para correr, pasear o montar en bici. No tiene tantos como Wikiloc, pero es muy fácil de usar.