La primera salida del año ha tenido que ser en medio de la niebla y
lloviznando. El caso es que llevamos una semana con tiempo melancólico y
tristón. No hace frío, pero estar metido todo el día en la nube no alegra
demasiado el ánimo.
Aprovechado que llovía un poco menos he ido hasta las cascadas por los
senderos del monte. Y lo curioso es que el campo estaba precioso, con los
jirones de niebla corriendo entre las peñas y árboles del valle.
Además, con tantos días lloviendo, los arroyos estaban repletos. Bueno,
los arroyos y los caminos. Y los senderos. Y el campo en general. El caso es
que iba chapoteando casi todo el rato. Pero ha merecido la pena. A veces lo
mejor para derrotar a un día malo es unirse a él.
14,21 km. (8,83 millas)
302 m
1h 34 min (9,07 Km/h)
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