Llevo queriendo correr por la vera del Genil desde hace tiempo, pero
mis oportunidades han sido siempre escasas. Apenas unos días al año, en los que
además no suelo tener a mano mis aparejos deportivos. Pero esta vez he ido preparado.
Y he podido pegarme un par de carreras junto al río y por los montes cercanos.
El primer recorrido fue muy sencillo, para reconocer el territorio.
Remontando el río hasta Cenes y luego perdiéndome un poco en las cuestas y
barrancos de Loma Redonda. La primera parte, junto al Genil es un agradable
paseo para hacer en compañía. Por lo visto siempre hay gente andando, en bici o
corriendo por esta vereda.
Pero en cuanto te tiras al monte, te quedas solo. Y además, ese día tampoco acompañaba el tiempo, con una ligera
llovizna y niebla en la zona alta. Precisamente esta niebla fue la que me hizo
cambiar el recorrido previsto.
Al no tener referencias, andaba un poco perdido. Así que decidí cortar
por lo sano y bajar otra vez directo al río. Lo bueno es que encontré un
sendero muy bien preparado para salvar el desnivel que hay entre la vega y las
lomas de la orilla derecha.
El ritmo fue flojo tirando a muy flojo. En parte por las cuestas del
terreno (que obligaban a andar más que a correr). En parte porque llevaba un
par de semanas sin correr. Y sobre todo por los excesos gastronómicos de estas
fechas (para qué engañarnos)
13,04 km. (8,10 millas)
380 m
1h 34 min (8,32 Km/h)
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