Echaba de menos una salida más larga de las que la vida me está dejando
hacer últimamente. Y aprovechando el tiempo casi primaveral del fin de semana
he subido hasta las crestas de la sierra de Hoyo. Para otear la nieve de
Guadarrama y para perderme un poco por el campo más silvestre de los que rodean
mi casa.
Con el sol y la temperatura que había los caminos estaban llenos de
paseantes, ciclistas, gente montada a caballo y corredores campestres. Sólo en
el pequeño sendero de sube por la espina de una loma hasta la peña Herrera he
encontrado la soledad que más me gusta.
En ese tramo han salido volando un grupo de perdices que han sabido
escapar este año a las escopetas de los cazadores. Que tengan suerte en los
meses que quedan hasta que empiece la veda.
Al final, el tiempo y el fuerte desnivel me han pasado factura y he
llegado con las fuerzas justas. Si vuelvo a salir más de dos horas tendré que
volver a recordar eso de llevar agua y comida. Que ya me he olvidado de lo que
es correr largo y tendido.
21,37 km (13,28 millas)
755 m
2h 30 min (8,55 Km/h)
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