Ayer el viento traía un poco de nieve de la sierra, pero el caso es que
tampoco hacía demasiado frío. Llevamos un mes de enero que se está quedando a
medias en todo. Llueve, pero no mucho. Hay sol, pero no calienta demasiado.
Hace frío, pero tampoco tanto. Y el viento molesta, pero sólo a rachas. Así que
en mis salidas nocturnas todavía no he tenido posibilidad de estrenar la
máscara que me trajeron los Reyes. Ya vendrá febrero con las rebajas.
Esta vez he hecho el recorrido cambiando el sentido de la marcha, lo que
me ha llevado a liarme un poco con los caminos (aunque nada grave). Lo bueno de
hacerlo así es que las subidas son más asequibles. Y al no hacer el desnivel
más fuerte de bajada, se corre más seguro.
Además, esta vez no me he puesto a cenar a lo bestia antes de salir,
por lo que he corrido más ligero (de cuerpo y de espíritu). Y lo de llevar
compañía canina se agradece, porque con los ojos medio guiñados por el viento
y la luz del frontal, tampoco se puede disfrutar mucho del paisaje.
10,94 Km (6,80 millas)
265 m
1h 08 min (9,66 Km/h)
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