viernes, 23 de mayo de 2014

Arroyo de Peregrinos

Como las dos últimas semanas he corrido poco, el otro día no tenía ganas de ir muy rápido. Y en cuanto salí, me di cuenta de que el cuerpo tampoco parecía muy dispuesto a salir volando. Así que lo mejor era hacer al tran tran un recorrido facilito.


Además, como salí un poco antes de lo normal y pude disfrutar de la última luz del día, aproveche para correr un poco campo a través. Ahora ya resulta un poco incómodo tirar por en medio del monte, porque las zapatillas y calcetines se llenan de espigas y pajitas. Pero de vez en cuando me gusta dejar el sendero.

El tiempo ha empeorado un poco últimamente, pero la noche estaba templada y aguantó sin llover a pesar de los nubarrones que venían del norte. Al final del recorrido me crucé con algunos sapos, que habían salido atraídos por la humedad, y con un bicho inesperado.

El caso es que a la luz del frontal vi brillar unos ojos en la oscuridad delante del camino, y pensé que era un perro pequeño. Pero al acercarme salió volando un chotacabras (al que pude ver bien las manchas claras de las alas y la cola). Llevaba muchos años sin ver a estos discretos pájaros, así que me alegro de que compartan conmigo mis salidas nocturnas estivales.

12,28 km (7,63 millas)
241 m
1h 15 min (9,82 Km/h)

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