viernes, 16 de mayo de 2014

Vuelta a Hoyo

Después de la vuelta al pueblo del pasado fin de semana, me quedé con ganas de ver si no tardaba mucho en hacer este recorrido. El caso es que ahora sólo tengo tres opciones para correr de noche, y siempre viene bien abrir el abanico para no aburrirse.


En principio, lo mejor es no tardar más de una hora y cuarto, así que esta opción se me va de tiempo. Sobre todo para no terminar acostándome a las tantas. Pero el caso es que merece la pena seguir teniéndolo en cuenta, por lo menos para hacerlo de vez en cuando.

Al principio del recorrido soplaba un vientecillo frío que me dejó las manos entumecidas. Menos mal que en la zona de las Viñas empezó a caer y desapareció casi del todo en la última parte de la carrera.

En esa zona alta del sendero, pegada a la montaña, escuché a algunos autillos. Y ya en la bajada pasé cerca de una arboleda en la que cantaba un ruiseñor (o por lo menos eso parecía).

El caso es que, entre los cantos y el paisaje iluminado por la Luna casi llena, no me arrepentí de haber salido a disfrutar del campo. Y aunque me metí en la cama pasadas las doce, lo hice cansado y feliz.

13,68   km (8,5  millas)
302 m
1h 24 min (9,77 Km/h)

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