miércoles, 28 de mayo de 2014

Bola del Mundo y la Barranca

Llevaba tiempo queriendo subir hasta la Bola del Mundo desde la Barranca, así que el domingo me levanté pronto (aunque sin hacer honor al nombre del blog) y me fui hacia Navacerrada. Después de haber estudiado el mapa, me parecía mejor hacer la subida por la cuerda de las Cabrillas, para bajar luego por el arroyo que nace en el collado del Piornal. Y creo que acerté con el itinerario.



Dejé el coche en la carretera del puerto, y empecé a subir por la pista de la Barranca hasta el mirador de las Canchas. Esta parte del recorrido es la más sencilla, ya que la inclinación es muy regular y permite entrar en calor sin demasiado esfuerzo.

Desde el mirador seguí la senda de la tubería, que va subiendo a saltos entre peñas, pinos y genistas hasta dejarnos a los pies de la Bola. Aquí llegó la peor parte del recorrido: por la fuerte pendiente (que a veces obliga a subir andando), porque está asfaltado y porque fue la zona en la que más gente había (montañeros de pro que iban a pasar el día en Cuerda larga).

Desde la Bola del Mundo tocaba empezar la bajada en dirección a la Maliciosa por un camino pedregoso y bien marcado. Al llegar al collado del Piornal, a la altura de un enorme pluviómetro, hay que girar a la derecha para seguir el senderillo que se despeña de vuelta hacia la Barranca.

Este sendero es el que se usa en la prueba de kilómetro vertical. Y lo entiendo perfectamente. Sobre todo por lo de vertical. En la bajada me crucé con varios corredores que se arrastraban malamente en una subida con demasiado desnivel como para disfrutarla (al menos para mi gusto).

Al final de la bajada, el sendero vuelve a retomar la pista de la Barranca, que hay que seguir hacia el sur hasta que, en una curva, sale a la derecha un sendero en dirección oeste (camino Ortiz) que nos lleva otra vez cerca del mirador de las Canchas.

De la flora, lo más destacado fue la genista, que llenaba con su olor la parte alta del valle. Además, en el camino Ortiz había muchas centaureas. Y por su belleza, la que más me gustó fue un ejemplar solitario de Linaria elegans, al final de la senda de la tubería. De la fauna, lo mejor fue un rebaño de cabras monteses que se quedaron paradas al lado del sendero en la bajada brutal desde la Maliciosa.

18,83 km (11,70 millas)
953 m
2h 32 min (7,43 Km/h)

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