Después de unos cuantos meses sin pisar mucho la sierra, he vuelto a la Fuenfría. La idea era repetir el último recorrido que hice allá por el otoño. Saliendo de la estación de Cercedilla en dirección al puerto y volviendo luego por la pista del collado del Rey. Pero la montaña nos obliga muchas veces a cambiar nuestros planes. Y hoy ha sido uno de esos días.
El tiempo era perfecto para trepar por los montes y correr entre pinos. Una mañana soleada y templada, con los pájaros cantándole enloquecidos a la primavera. La plana madrileña se despertaba un día más bajo una capa de niebla. Pero en la sierra brillaba el paraíso.
Para variar un poco el recorrido, lo he tomado a la inversa. Y aunque nada más salir me esperaba una subida fuerte y larga, he cogido pronto un ritmo facilito que me permitía disfrutar del paisaje. En el collado de los campamentos he tirado monte a través. Como en esta parte hay poco sotobosque, se puede avanzar sin más problema que el del desnivel.
En el camino he ido oyendo el tamborileo de varios picos picapinos. Y ya casi en el collado del Rey he visto a un buitre negro posado en una peña justo encima de mí. Luego, para completar el cuadro, un corzo se ha cruzado en mi camino a poca distancia.
Hasta entonces el día era perfecto. Pero en la pista que lleva al puerto de la Fuenfría me he encontrado con el gran problema. A pesar del calor de estas semanas, el suelo estaba totalmente cubierto por la nieve. Y al poco rato me hundía a cada paso hasta media pierna. Correr era imposible, así que tenía que avanzar andando. Y despacito.
Ha sido el momento de cambiar los planes y cambiar de recorrido. Cuando la cosa se ha puesto espesa de verdad he decidido tirar monte abajo. Correr por la parte alta del valle era imposible, y como no tenía demasiado tiempo tan sólo podía bajar hasta la pista de los campamentos.
Luego, para soltar un poco las piernas antes de volver al coche he seguido el sendero hasta la altura de la escuela de ingenieros. Poca cosa, sobre todo porque el día invitaba a estar corriendo toda la mañana. Pero el deber me llamaba. Y como me encontraba bien he aprovechado para hacer una bajada final rapidita.
15,50 km (9,63 millas)
814 m
1h 47 min (8,69 Km/h)
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