Una salida al trote que ha durado lo que dura un examen. Aunque creo que ha sido mucho más placentera mi experiencia que la de los que estaban volcando sus conocimientos sobre química orgánica. Sobre todo porque correr con el sol tempranero siempre es un verdadero placer.
Como tenía poco tiempo, he hecho el recorrido clásico hasta la presa del Gasco. Disfrutando de este campo que huele ya a primavera. Aunque realmente el cambio de estación se puede percibir por todos los sentidos. Por los cantos de pajarillos e insectos. Por el color brillante de la hierba fresca. O por el roce con las hojas nuevas de las jaras.
Aunque este recorrido lo he hecho cienes y cienes de veces, nunca había trotado a estas hora de la mañana. Y he confirmado una vez más que Heráclito tenía toda la razón cuando decía eso de que no podemos correr dos veces por el mismo camino (o algo parecido).
El cambio de hora o de estación, el tiempo que haga, o incluso hacer un recorrido en un sentido o en otro hacen que hasta los paisajes más habituales nos descubran algún aspecto nuevo.
1h 35 min
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