Hace poco el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte publicó el Anuario de estadísticas deportivas de 2016. Una oportunidad perfecta para ver cómo nos movemos y hemos evolucionado en cuanto a eso de practicar deporte.
Más allá de los datos de las federaciones, lo más importante viene en el apartado de hábitos deportivos. Porque es muy fácil dejarse engañar por el número de licencias que tienen algunos deportes. La caza (*) o el golf son el tercero y cuarto respectivamente en esa categoría, pero luego no los practica ni el Tato. Mientras que hay otros que tienen muchos adeptos, pero pocas fichas: natación o ciclismo, por ejemplo.
Así que la verdad de la buena está en el capítulo 11. Y allí nos podemos regocijar con la noticia de que hoy se práctica más deporte que nunca. Todas las modalidades suben. Bueno, todas menos el fútbol, el baloncesto y los deportes de invierno, que bajan. Pero a costa de dejarle sitio a muchos marginados: voleibol, patinaje, triatlón...
Entre los hombres ha descendido ligeramente la práctica del fútbol, que ha perdido su condición de deporte rey, mientras que ha subido mucho la del ciclismo (nuevo monarca), el pádel y el senderismo. Pero lo que realmente ha explotado ha sido el correr y el culturismo. Lo primero lo saben ya hasta los gatos. Lo segundo se debe quizás a la moda del cross fit.
En cuanto a las mujeres, lo que me sigue sorprendiendo es que ellas sólo practican un puñado de deportes. Aunque lo cierto es que han subido en todos: ciclismo, pádel, natación, senderismo, correr... Pero a lo que siguen más aficionadas es a los deportes que entran dentro de esa amplia categoría de actividades de gimnasio: gimnasia de mantenimiento, pilates, zumba...
Las diferencias en los gustos de hombres y mujeres a la hora de elegir deportes está clara. Lo que no está tan claro es el por qué. Puede que influya la cantidad de tiempo libre necesario para practicarlos. El que se realicen en interior o al aire libre. En grupo o en solitario. En cualquier momento o en horarios fijos... O por ese machismo de fondo que sigue impregnando cada una de nuestras decisiones.
(*) Hay actividades que en el anuario son consideradas como deporte y que claramente no lo son (caza, motociclismo, ajedrez...), aunque supongo que en algún lugar tenían que meterlas.
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