Esta semana el campo ha amanecido varias veces cubierto de escarcha. Heladas ligeras que cubren todo de blanco hasta que reciben los primeros rayos del sol. Todavía no cruje el suelo ni el aire helado nos corta el aliento. Pero ya es un aviso de que el invierno se acerca.
Noviembre nos ha traído mucha lluvia y días de niebla. Y termina preparándonos para lo que puede que sea un diciembre de frío, con cielos más despejados, aire del norte y tormentas de nieve. Lo normal, aunque ya no estábamos acostumbrados.
En mi opinión, bienvenido sea el invierno de azul aciano y dedos helados. Lo que sea, con tal de salir de las nubes grises que hacen difícil empezar el día con el ánimo alegre y ligero.
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