Los días se están acortando tanto que ya he vuelto a salir a correr con frontal. De hecho hay veces en las que no veo los primeros rayos del sol saliendo por el horizonte hasta que no estoy llegando de vuelta a casa. Son días en los que toca sumergirse de nuevo en la oscuridad, la soledad y el frío.
Así seguiremos hasta que llegue el solsticio, cuando el sol invictus vuelva a traernos la luz. Mientras tanto toca abrigarse bien e ir con cuidado, eligiendo caminos con bajadas fáciles para no tropezar mientras todavía es de noche.
En esta época ya está todo el campo recogido, sobre todo a esas horas tempraneras, y apenas se ven animales. Tan sólo algún que otro rabilargo graznando desde lo alto de un árbol. El otoño se acaba y los colores se apagan con la llegada de los vientos del norte. Es tiempo de apreciar los pequeños cambios del campo dormido.
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