Después de tantos vendavales se agradecen un poco de calma y de buen tiempo. Así que he aprovechado para hacer una salida por el valle del Peregrinos, para revisitar senderos por los que llevaba tiempos sin pasar.
Un recorrido corto, pero que me ha dejado cansado y ha despertado de nuevo la sombra de una ligera lesión en el muslo. Por lo que he visto, puede que el origen de esta molestia se deba a que he descuidado la musculatura del abdomen, lo que los cursis llaman el core, así que tendré que recuperar las buenas costumbres.
Por lo demás, pocos cambios en el terreno. Tan sólo un senderillo cortado debido a que han vallado una finca en la zona de los Corrales de Julia (o de Julio, que los mapas antiguos no se aclaran con el género).
Lo que si he podido comprobar es que el campo está en el fondo reseco. Aunque no sea tan perceptible como en verano, ya que la humedad ambiental es más alta, los arroyos no tienen ni gota de agua. Y a la charca grande de los Lanchares tan sólo le queda un culillo. Y es que este otoño el frío, el viento y la lluvia han venido a rachas, intensas pero breves.
1h 54 min.
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