miércoles, 1 de diciembre de 2021

Libro: Out of Thin Air (Michael Crawley)


Michael Crawley es un antropólogo escocés que decidió unir su pasión por las carreras con su curiosidad sobre la forma de vida de los corredores etíopes. Para ello, vivió con ellos durante más de un año en Adís Abeba, aprendiendo el idioma y compartiendo cada día sus entrenamientos. La única forma de conocerles era seguir sus pasos, en el sentido literal de la palabra, así que sudó con ellos todas y cada una de sus sesiones: tiradas largas, carreras en los bosques, series de alta velocidad...

Aunque podría parecer que Crawley sigue con este libro únicamente los pasos de Adharanand Finn, lo cierto es que su inmersión es mucho más profunda, tanto en lo personal como en lo teórico (en el fondo se fue a Etiopía para hacer su tesis doctoral). 

El nombre del libro hace referencia a los dos significados que tiene la frase en inglés. La primera, “salidos de la nada”, porque conocemos muy poco de la vida de estos atletas excepcionales. Y la segunda, “surgidos del aire enrarecido de las montañas”, porque solemos explicarnos los resultados deportivos de etíopes y keniatas achacándolo a sus entrenamientos en altura.

Según Michael Crawley, tendemos a justificar los resultados de los atletas africanos con razones de este tipo, sin ni siquiera indagar en los años de preparación y sacrificio que les llevan a estar en la élite. Además de que detrás de ellos hay un soporte institucional mucho mayor que en Europa.

No son atletas excepcionales simplemente por haber ido corriendo a la escuela, ni por haber trotado descalzos de pequeños (ya nadie corre de verdad descalzo en África), ni sólo por respirar aire puro o comer alimentos básicos y naturales... Son miles los corredores que entrenan profesionalmente en Etiopía, pagados por sus clubes para que puedan dedicarse sólo a eso. Sus entrenadores tienen años de experiencia y sólo los mejores consiguen destacar. Son la NBA del atletismo porque existe una infraestructura que se dedica a ello. Y muchos jóvenes se sacrifican y trabajan a diario para alcanzar sus sueños.

Una de las cosas que destaca de su forma de correr es la importancia que le dan a entrenar como un equipo. Allí nadie corre sólo, todo lo hacen juntos, normalmente en línea y sincronizando su cadencia. Se alternan en la cabeza del grupo no para ir más rápido, sino para controlar mejor el ritmo más idóneo en cada día y momento.

Lo cierto es que el libro consigue lo que busca. Es imposible leerlo sin sentir mucho más respeto por todos estos corredores que vienen de Etiopía (o de Kenia, Uganda, Eritrea...). Al comprobar ahora sus tiempos de velocistas en carreras de fondo por todo el mundo somos conscientes del esfuerzo y sacrificio que hay detrás de cada zancada. Y además, Michael Crawley consigue contarnos todo eso de forma amena y entretenida. No se puede pedir más.

Fotograpía: Michael Crawley


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