A pesar de que no era demasiado temprano, todavía se notaba mucha diferencia de temperatura entre las solanas y zonas de umbría. De hecho, en la vega que hay por debajo de la presa, la hierba estaba helada en las zonas donde el sol llega poco estos días.
En la bajada he notado un pequeño aviso del tendón isquiotibial, y me he dado cuenta de que había vuelto a mis malos hábitos y estaba corriendo con zancadas relaitvamente largas. He corregido el ritmo y he mantenido la pierna bajo control el resto del camino. A ver si no me pasa factura más tarde.
En resumen:
- Lo más obvio: se corre mejor de día que de noche (a pesar de que el sol cegaba en algunos momentos).
- No hay que bajar nunca la guardia. Tengo que ir controlando la forma, la postura y el ritmo constantemente.
- A este paso, me conformo con seguir corriendo despacito como ahora hasta que llegue la primavera.
12,94 Km (8,04 millas)
283 m
1h 29 min (8,72 km/h)
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