lunes, 14 de enero de 2013

Por un puñado de dólares


Es tan sólo una curiosidad. Pero el caso es que todas las semanas mis carreras y paseos nocturno-caninos me llevan al escenario en el que Clint Eastwood lucía su poncho por primera vez a las órdenes de Sergio Leone.


Y cuando corro por lo que fue la calle del duelo, siempre me acuerdo de la película. Aunque ahora tan sólo queden un par de abrevaderos como recuerdo de los decorados.

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