Una salida larga en la que, por fin, no he tenido sensación de
cansancio. De hecho he mantenido las fuerzas durante todo el rato, he terminado
muy bien y la recuperación posterior ha sido perfecta.
A pesar de la distancia, con este tiempo no me ha hecho falta llevar
más que una botella pequeña de agua (que he rellenado en un arroyo por el
camino). En cuanto a la comida, además del buen desayuno que llevaba en el
cuerpo, tan sólo he tomado una barrita.
He salido de noche, y el amanecer ha llegado en lo alto de la sierra,
iluminando las cumbres nevadas de Cuerda Larga. Hay un minuto perfecto de luz a
esa hora, en la que los primeros rayos del sol tiñen de rosa y crean sombras en
las montañas. El efecto es increíble. Y no, con la cámara de mi móvil no se ve
la magia del momento.
Ya bajando la Silla del Diablo, en un valle alto y abierto se me ha
cruzado una cierva (precedida del barullo que hacía entre las retamas). Además,
casi todo el camino he ido levantando perdices. Y un conejillo madrugador
también se ha escondido a toda prisa entre unas matas.
En resumen:
- Quería volver a subir a la sierra para ver que si tenía ya las piernas recuperadas de achaques. Parece que se han recuperado.
- Con estos días de veranillo de enero (típicos de la última semana del mes) la nieve se ha ido fundiendo en la sierra a toda velocidad.
27,07 Km (16,82 millas)
740 m
3h 22 min (8,04 Km/h)
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