El otoño por fin ha llegado. Con lluvia, fresquito y niebla. Así que para celebrarlo he hecho un recorrido diferente, uniendo caminos y senderos que tenía ya medio olvidados. Y añadiendo algún tramo nuevo. Y es que, aunque me cueste creerlo, todavía quedan sitios cerca de Hoyo por los que no he corrido.
Para empezar he bajado hasta el arroyo de Peregrinos y la casa de la Navata (que todavía no conocía). Luego he seguido el contorno de la cuerda del Cerrulén. Después he subido hasta el Contadero y Peñacovacha. Y por último ha vuelto por las cascadas después de rodear el cerro de la Lechuza.
Al final ha salido un recorrido más largo de lo previsto. Pero ha merecido la pena. Además, el tiempo ha ido mejorando un poco sobre la marcha, ya que al principio se veía muy poco debido a la niebla. Sin embargo, hacia las horas centrales del día el viento del oeste ha limpiado un poco la montaña, dejando sólo las nubes altas.
Por el camino he contado incluso con compañía variada. Varios bandos de perdices, buitres volando bajo (en busca de térmicas que hoy no aparecían por ningún lado), rabilargos, mirlos... Nada demasiado exótico, pero algo es algo.
21,73 km (13,50 millas)
691 m
2h 32 min (9,61 Km/h)
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