Antes de que vuelva la lluvia decidí aprovechar para disfrutar un poco del sol. Aunque realmente fuera un poco en todo los sentidos. Porque el recorrido no era largo y además lo hice aprovechando la última luz del crepúsculo.
El problema fue que como el día había sido relativamente templado, al menos para estas alturas del año, cometí el error de salir sin guantes. Y en los últimos kilómetros, cuando el sol ya se había puesto, tenía las manos tan agarrotadas que no podía mover los dedos. No sé si será algo muy común, pero el caso es que el frío hace que no pueda juntar los pulgares y meñiques.
Lo bueno es que el campo estaba perfecto. Y la luz del sol poniente se reflejaba en las primeras nubes de las muchas que nos anuncian para esta semana. Supongo que me tocará volver a correr bajo la lluvia, por lo que me podré hacer una idea más vívida de lo que es el fell running.
13,39 km (8,32 millas)
307 m
1h 17 min (10,43 Km/h)
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